Aun me pregunto dónde nació tu fobia. Cuando eras un bebé
teníamos un perro criollo que se llamaba Chigüiro. A ti te gustaba acercarte a
él. Nunca te hizo daño. Es curioso cómo le tienes miedo hasta a las gallinas.
Le echo la culpa a que vivimos en un apartamento pequeño en una unidad
residencial. Allí no hay suficientes zonas verdes para divertirte. Tu única
actividad cerca de la naturaleza es tu colegio.
Si lo pienso bien, tu infancia es muy distinta a la mía.
Desde niña tuve encuentros con los animales domésticos, teníamos un perro y
visitábamos la finca de mi abuela donde había gallinas, pavos, caballos etc. En
cambio, tú solo los conoces por la tele.
Nos hemos hecho el propósito de llevarte a estar en contacto
más seguido con la naturaleza. A lo mejor es nuestra culpa por darte una vida
de concreto. Como niña necesitas vivir otras experiencias que te creen
recuerdos hermosos y que disminuyan los miedos que has acumulado. Nos hemos
estado haciendo un autoexamen para descubrir en qué momento te infundamos las
fobias o cómo contribuimos a eso.