Hace poco he decidido leerte un cuento todas las noches antes de acostarte para incentivar tu amor por la lectura y cultivar tu imaginación. Cada día recuerdas de manera excepcional cada cuento que te he leído. Lo más maravilloso de todo es la manera tan práctica como recreas nuevas historias a partir de lo escuchado, por ejemplo, el patito feo, para ti es el patito bonito.
Me causa emoción verte tomar el libro de cuentos, simular que me lees uno y escuchar como vas inventando una historia para mí. Me aseguras que me estás leyendo, cuando es imposible pero yo te sigo la corriente. Apenas tienes tres años y sólo sabes las vocales, contar hasta diez, el himno de Colombia, el Valle y tu colegio. Me agrada enseñarte el amor por la lectura, de este modo, estaré tranquila sabiendo que a medida que crezcas tendrás un apetito enorme por conocer más allá de las letras y que te permitirán formarte un criterio frente a las inquietudes de la vida.
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