En tiempos inmemoriales se daba mucho valor a la palabra.
Prometer algo a otra persona no requería firmar ni autenticar un documento. La
palabra era suficiente. Podríamos pensar que eso ya es historia pero contigo me
doy cuenta que para los niños sigue siendo muy importante y recuerdan una a una
las palabras dichas.
Te prometí que jugaríamos a las cocineras cuando llegase del
trabajo al día siguiente. Tenía toda la intención de hacerlo.
- Mami, me prometiste que jugaríamos a las cocineras cuando llegaras del trabajo. Ya tengo mis juguetes listos en mi cuarto para empezar.
- Hija, me das un momento que tengo que hacer un trabajo.
Dejé lo que estaba haciendo, me coloqué ropa cómoda y
empezamos la función. Nuestro menú del día fue pollo en salsa y pan con leche.
Servimos en tus platitos diminutos para tus abuelos y para nosotras.
Quiero que mantengas tu valor a la palabra como un regalo de
honor para las personas a tu alrededor. Por eso, cuido mucho las promesas que
te hago.
¡Me encanta jugar contigo!
Tu madre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario