Estoy en la oficina, son las 8:00 a.m. En este preciso
momento me siento como en un callejón sin salida. Estoy pensando en lo
delicioso que pasamos anoche jugando al “futgol” (no hay poder humano que te
haga pronunciar bien la palabra) en la sala del apartamento. Quisiera tener la
libertad de compartir más momentos contigo de ese tipo. Por regla general, solo
disponemos para compartir hora y media, a lo sumo dos. Yo quisiera que fueran
más horas, muchísimas horas.
Hace un momento hice una pausa para leer un bloguero que
admiro, Ángel y su blog "Vivir al máximo". Ese chico es una inspiración para mí.
Todo lo que dice es muy cierto. Para empezar estoy
de acuerdo con la premisa que estar de 7 a 5 en la oficina vendiendo el trabajo por unos buenos pesos limita lo que deseo hacer con mi vida.
de acuerdo con la premisa que estar de 7 a 5 en la oficina vendiendo el trabajo por unos buenos pesos limita lo que deseo hacer con mi vida.
A la luz de muchos blogueros este sería un blog que no tiene
sentido. A lo mejor sea verdad. Sin embargo, me mantiene aquí mi mayor
motivación: tú, hija mía. Este blog es dedicado a ti y a todo lo que aprendo cuando compartimos. Es
maravilloso lo que una niña de tres años puede enseñar.
No he echado en saco roto lo que he leído de Ángel y
realmente estoy haciéndome un autoexamen para descubrir ese algo que hago tan
bien que podría enseñar a otros. De hecho en la universidad, mis compañeros decían
que tenía mucha habilidad, paciencia y persistencia para hacerlo. Me comprometo
con mi deseo de ser dueña de mi tiempo para compartir contigo el tiempo que yo
quiera y aprender mucho más de ti todos los días.
Anclaré en mi mente que todo lo que yo haga con mi vida es
el mejor ejemplo que puedo darte. Si no lo intento, si desfallezco, si me rindo
ante la apatía, te defraudaré. Ante semejante panorama no me queda otra
alternativa que lograrlo.
Nota: En la foto estamos jugando a tomarnos fotos con el smartphone.
Te quiere mucho,
Tu mami
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